Rafael Gil Brand

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La crisis del coronavirus

La pandemia del coronavirus y la reacción particularmente drástica de la humanidad a esta oleada de gripe plantean la cuestión cómo explicar astrológicamente este fenómeno. ¿Qué constelaciones anunciaron tal estado de emergencia? Para responder a esta pregunta, me gustaría primero hacer un repaso de los significadores relevantes y luego una comparación con pandemias similares.

Un significador general para las enfermedades es Saturno. También significa limitaciones, deficiencias, temores debidos a amenazas existenciales, así como las medidas de control y seguridad pertinentes.

Pero el significador más importante para las epidemias es Rahu (el nodo norte), ya que representa transgresiones, difusión y todas las formas de proliferación y crecimiento incontrolado o compensatorio.

Ketu - el nodo sur - está, por supuesto, estrechamente vinculado a su contraparte Rahu. También puede indicar epidemias, especialmente erupciones o implosiones imprevistas particularmente virulentas. Un aspecto importante de Ketu es también la renuncia o el apartamiento radical, lo cual debería ser interesante en vista de las medidas que se están tomando actualmente.

Marte es considerado en la astrología clásica como un maléfico, pero en el contexto de las enfermedades y las epidemias habrá que interpretarlo más bien como un significador de las defensas y del sistema inmunológico. A este respecto, un debilitamiento de este planeta podría jugar un papel importante. En general, Marte puede actuar como activador de crisis, de accionismos y de estados de alarma.

Las medidas que se están tomando actualmente afectan de manera especial a las cosas relacionadas con Venus: ocio, diversión, placer, sociabilidad, contactos personales. Venus es importante para las facultades regenerativas de un organismo. El consumo también está estrechamente relacionado con Venus.

Otro aspecto que está experimentando una reducción masiva es la economía. El crecimiento, la fertilidad y la prosperidad en general son funciones de Júpiter, pero también la ética, la conciencia social, las leyes y la confianza en la Providencia. Como veremos dentro de un momento, el aspecto del crecimiento parece ser importante aquí en dos sentidos: en primer lugar como crecimiento económico, pero también como expansión y propagación de gérmenes.

También debemos mencionar a Mercurio, un planeta que simboliza la comunicación, el aprendizaje (escuelas) y los medios de transporte.

En el zodíaco, son los signos mutables Géminis, Virgo, Sagitario y Piscis los que se asocian con el intercambio, la difusión y la multiplicación. Es probable que esto sea relevante para la propagación de un virus. Lo mismo se aplica a las casas análogas, siendo la casa 6 en particular indicadora de las enfermedades y su combate, y la casa 12 especialmente de las epidemias. El eje de las casas 3 y 9 es interesante para los viajes y el intercambio. La casa 8 también es importante, por supuesto, al indicar la muerte y las crisis transformativas.

Desde el punto de vista de la astrología mundial - es decir, para el análisis de los acontecimientos sociales y colectivos - son particularmente interesantes las conjunciones entre los planetas lentos, incluyendo los nodos lunares. Además, se emplean dos técnicas para captar acontecimientos en un plazo específico: los eclipses solares y lunares, que permanecen " vigentes" durante al menos medio año, y el paso del Sol por los cuatro puntos cardinales del año (primavera, verano, otoño o invierno), que describen las tendencias durante los tres meses siguientes. Los antiguos astrólogos también usaban la luna nueva o llena inmediatamente anterior para registrar tales tendencias.

La actual epidemia tiene su origen en Wuhan/China, donde se conocieron los primeros casos en diciembre de 2019. Es probable que la primera infección se haya producido a mediados de noviembre de 2019. Sin embargo, desde el punto de vista de astrología mundial, lo interesante es observar el momento en que se toma conciencia colectiva de la epidemia, y esto ocurrió a finales de diciembre, cuando la agencia de control de epidemias de China empezó a intervenir en Wuhan.

¿Qué ocurría en el cielo en los últimos meses de 2019? A finales de octubre Júpiter entró en su propio signo de Sagitario (usando siempre el zodiaco sideral). Esta posición en principio positiva tenía la particularidad de que hasta el final del año los factores lentos Júpiter, Ketu y Saturno estaban juntos en el signo mutable de Sagitario.

Un punto culminante de este tránsito de Júpiter por Sagitario fue sin duda el eclipse de Sol del 26 de Diciembre, cuando Júpiter estaba en estrecha conjunción con el Sol y la Luna, así como con Ketu. Analicé este eclipse en un artículo anterior. Allí hablé de crisis de cambio, que afectarían sobre todo a las cuestiones legales y a las relaciones económicas. Mucho de esto se ha verificado hasta ahora, pero en ese momento no había pensado en una epidemia.

SoFi Dic2019

El solsticio de invierno cuatro días antes de este eclipse y especialmente la Luna Llena precedente son llamativos para Wuhan, en tanto que Júpiter y Ketu están en una posición muy dominante en el meridiano. En el horóscopo de Luna Llena sorprende también la conjunción exacta Saturno-Venus: Restricción del contacto social, del ocio, del placer y del consumo.

Cuando el 22 de febrero se constató en el norte de Italia la primera muerte por el coronavirus y en muy poco tiempo un rápido aumento de las infecciones, Marte llegaba a 11° Sagitario, y por tanto a la posición exacta del Sol, la Luna y Júpiter en el horóscopo del eclipse solar. Así, Marte obviamente actuó como un disparador de la rápida propagación del virus en Europa a partir de entonces, y de las cada día más drásticas medidas para contenerlo.

Si ahora comparamos este acontecimento celeste con pandemias similares, podemos observar considerables paralelismos.

La "Gripe Rusa"

En 1889 comenzó una pandemia mundial de gripe, que se sospecha tuvo su origen en Asia central en el verano de aquel año. Los primeros casos de esta llamada gripe rusa se conocieron cuando la enfermedad llegó a San Petersburgo en octubre, y desde allí se extendió rápidamente por Europa y el resto del mundo. Lo especial de esta epidemia de gripe fue la comparativa gravedad de la enfermedad y su rápida propagación, propiciada por los nuevos medios de transporte, especialmente los ferrocarriles. En ese momento, la divulgación en la prensa - primer medio de comunicación de masas - fue la que permitió una percepción diferente de la epidemia y de su propagación mundial. Estos son fuertes paralelismos con la actual epidemia del coronavirus.

SoEcl Jun1889

Una mirada al eclipse solar del 28 de junio de 1889 muestra que se produjo en el signo de Géminis, y en estrecha oposición a Júpiter. Júpiter estaba junto con Ketu en el signo de Sagitario, al igual que en los últimos meses. Incluso el grado de Júpiter es prácticamente idéntico en ambos eclipses solares. Es interesante que Venus estaba justo al principio de Tauro, pero en los días inmediatamente anteriores, cuando todavía estaba en Aries, formó una cuadratura exacta a Saturno. Así que este poderoso aspecto de Saturno sobre Venus tiene mucho en común con la mencionada conjunción de finales de diciembre de 2019.

La "Gripe Española"

Tal vez la pandemia de gripe más conocida fue la llamada gripe española, que se desató al final de la Primera Guerra Mundial. El engañoso nombre proviene del hecho de que la prensa relativamente liberal de la España neutral fue la primera en informar sobre esta epidemia. Al igual que otras epidemias de gripe, se produjo en oleadas. El origen de aquella gripe fue aparentemente en el condado de Haskell (Kansas). Sin embargo, esta primera oleada en la primavera del 1918 pasó relativamente desapercibida, ya que no alcanzó una tasa de mortalidad notablemente alta. Astrológicamente destaca que el eje nodal estaba de nuevo en los signos de Géminis-Sagitario. Esta vez fue Rahu quién se paseaba por el signo de Sagitario. Por lo demás, las configuraciones astrales no fueron especialmente notorias.

Fue la segunda oleada, que se propagó simultáneamente desde las ciudades portuarias de Boston (EE.UU.), Brest (Francia) y Freetown (Sierra Leona) en otoño de 1918, la que se volvió extremadamente virulenta. A partir de entonces, entre 25 y 50 millones de personas en todo el mundo murieron de gripe, en gran parte, por supuesto, debido a la desoladora situación al final de la guerra.

SoEcl Jun1918

El eclipse del 8 de junio de 1918, justo antes del estallido de esta segunda oleada que se produjo a partir de la segunda mitad de agosto de 1918, tuvo lugar a 26° de Tauro, en las inmediaciones de Júpiter. Pero Júpiter ya había pasado al siguiente signo de Géminis y estaba en exacta conjunción con Ketu. Ambos formaban una cuadratura muy estrecha con Marte al principio del signo Virgo, lo que interpreto como una intensificación de la crisis a causa de la guerra (Marte). Si levantamos el horóscopo del eclipse para Boston (los EE.UU. fueron particularmente afectados por esta gripe), vemos a Júpiter y Ketu en la octava casa (muerte, crisis), mientras que Marte es regente del Ascendente así como de la sexta casa (enfermedades).

Encuentro interesante que también aquí se da una cuadratura bastante estrecha entre Venus (en la casa seis) y Saturno, lo que significa una fuerte limitación de las cosas simbolizadas por Venus. Este eclipse es al mismo tiempo la luna nueva anterior al solsticio de verano.

Paralelismos astrológicos notables

Por tanto, podemos encontrar un notable paralelismo astrológico entre las tres pandemias de gripe más graves de los tiempos modernos: 

1. El eje nodal se encuentra en los signos de Géminis y Sagitario. Uno de los temas de esta polaridad es la movilidad, el intercambio y la difusión (de conocimientos, bienes... o de virus). Estos signos adquieren un significado adicional porque albergan a los respectivos grados de exaltación de Rahu (Géminis) y Ketu (Sagitario), lo que realza la expresión típica de los nodos lunares. Además, los solsticios de invierno y verano de nuestra época están transitando exáctamente estos grados de exaltación (que identifico con el cruce del ecuador galáctico con la eclíptica), lo cual realza aún más todas las configuraciones en las inmediaciones de estos puntos y en conexión con los nodos lunares.

2. Júpiter se encuentra en conjunción con Ketu, el nodo Sur. Esta conjunción puede interpretarse como una suspensión o una anulación de las tendencias expansivas, como un acontecimiento inusitado que pone en tela de juicio nuestros valores y provoca nuevos paradigmas, y como una revocación de nuestra búsqueda y de felicidad, alejándola de las apariencias exteriores y materiales y orientándose más hacia lo espiritual. Es por ello que esta conjunción fomenta la búsqueda espiritual, pero también pone fuera de juego los recursos habituales para la prosperidad y la economía. La energía expansiva e integradora de Júpiter corre entonces el riesgo de implosionar. Por otra parte, el lado oscuro de esta conjunción reside en la proliferación de visiones del mundo unilaterales, distorsionadas o extremas, de conceptos morales rígidos y de la denegación de humanidad (Adolf Hitler, nacido en el año de la gripe rusa, tenía esta conjunción en su carta natal). Tales tendencias deben ser contrarrestadas.

3. Los eclipses solares que precedieron a las pandemias tuvieron lugar en la proximidad inmediata de esta conjunción Júpiter-Ketu, o exáctamente opuesta a ella. En el caso de la gripe española, el Sol y la Luna no estaban en el mismo signo que Júpiter y Ketu, pero sí en la misma mansión lunar (Mŗgaśira), a una distancia pequeña de 5°. Podemos asumir que esta proximidad inmediata de Júpiter a los eclipses agravó los efectos mencionados de la conjunción Júpiter-Ketu y los volvió más críticos.

Si consideramos además las constelaciones de los solsticios y las correspondientes fases de la Luna que preceden al respectivo estallido de las pandemias, entonces por un lado se acumulan las conjunciones o aspectos difíciles de Saturno y Venus, y por otro lado se observa una posición relativamente débil de Marte: el eclipse de junio de 1918, que al mismo tiempo representa la Luna Nueva anterior al comienzo del verano, muestra un aspecto pleno de Saturno a Venus, mientras que la Luna Llena previa al solsticio de invierno de 2019 muestra una estrecha conjunción de estos dos planetas. La actual epidemia del corona está provocando una drástica reducción (Saturno) de la vida social, de las actividades de ocio y del consumo (Venus). En 1889 fue el equinoccio de otoño mismo el que se produjo durante una conjunción Venus-Saturno.

En lo que respecta a la posición de Marte - el significador de la asertividad y de las defensas - llama la atención que a menudo se encuentra al principio de un signo o en la transición entre dos signos: así se hallaba durante la Luna Llena de Septiembre de 1889 a 0°25' Leo, durante el eclipse solar de Junio de 1918 a 2°17' Virgo, y durante el solsticio de invierno de 2019 a 29°02' Libra. En este signo Marte se encuentra en cualquier caso debilitado (posición de exilio). Los planetas en la transición entre dos signos se consideran más susceptibles a las crisis y más vulnerables. Además, en el caso de la gripe rusa, Marte estaba al principio del otoño en estrecha conjunción con Saturno, lo que equivale a una represión o disminución de las capacidades de defensa.

Volvamos a la pandemia del corona

Durante el solsticio de invierno y el eclipse solar de finales de 2019, Júpiter estaba en su propio signo, y por lo tanto fortalecido. Tal vez esta crisis también sea una bendición: Las drásticas restricciones en la producción y el transporte ciertamente darán un respiro al clima y a la naturaleza, y a muchos de nosotros nos puede venir bien esta desaceleración. El colapso al que se enfrentan el mundo y la naturaleza si mantenemos nuestro estilo de vida resulta demasiado abstracto como para causar pánico, a diferencia de esta percepción de amenaza inmediata para nuestra salud. Tal vez aprovechemos la oportunidad y aprendamos a ser más atentos y compasivos para con nuestros semejantes, nuestros recursos y el medio ambiente. Esto sería una expresión positiva del principio representado por Júpiter y Ketu.

 

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